lunes, 20 de abril de 2009

Entre la magia y el amor


La última vez que vi un espectáculo de magia tenia como nueve años, si recuerdo bien. El mago sacaba pañuelos de sus mangas, yo, me sorprendía y me preguntaba ¿Cómo?, su siguiente acto era más impresionante, manipulaba las cartas con la habilidad más extraña que hubiera conocido. De algún lugar hacia aparecer ramos de flores. Siempre la magia me intrigaba, y yo creía que era verdad, lo dejaba como una incógnita más que no podía responder, pero no me dejaba de perseguir. Era algo impresionante como desaparecían y aparecían las cosas, ¿Dónde estaban cuando desaparecían?, en la nada pensaba en ese momento.

Ahora, puedo saber muy bien cosas que no entendía cuando era más chica, la magia no es más que la ilusión óptica producto de un momento de “distracción”. Desilusionante pero muy cierto. Lo descubrí hace poco, cuando vi, al ultimo mago que paso por mi vida. En el escenario sus actos parecían emocionantes, y mantenía al público expectante y lleno de dudas, así captaba la mirada de muchos inocentes, hasta la mía. En la primera fila, yo era espectadora, y me maravillaba verlo hacer aparecer todo tipo de cosas. Me preguntaba como esa nena que era antes, ¿Cómo?

La ultima actuación fue la mas reveladora, la que quito por siempre la magia a la “magia”. Como toque final a su número tan bien interpretado, dijo, que iba a desaparecer. El público miraba emocionado, yo estaba intrigada. No, no puede ser, nada desaparece, es algo que iba en contra de la física y todos los otros conceptos científicos que me habían inculcado con mi educación. Tal como lo dijo, no se en qué momento me distraje con su revelación, y el mago ya no estaba. Se hizo una pausa en el teatro y anunciaron que la función había terminado. Pero ¿Por qué?, no tiene que volver a aparecer, quise saber.

Fue rápido pero lo distinguí entre la multitud, ya no tenia su disfraz de mago, era un simple hombre más que se mezclaba en la multitud, y salía por la puerta de atrás del teatro, escondiéndose, para que no se dieran cuenta que era parte del truco. Nadie se daba cuenta que faltaba su presencia, habían quedado muy intrigados con su espectáculo. Entre todos los presentes, me pareció que si era posible desaparecerse, todos tenían su mundo apartado, ¿Quién se iba a dar cuanta de su ausencia?, yo tal vez.

Por eso y mucho más se dice que el amor es mágico. Estoy muy de acuerdo con esta acepción, mágico por que la magia es un engaño, mágico por que es un truco entre espectador y mago. Lo mágico tiene explicación racional, todo tiene su justificación y el amor no es la excepción a las mentiras comunes de la vida. Fue lo mas difícil de afrontar, la desaparición tan traumática de algo que no es mas que ficción y engaño.

Es cierto, desapareció, se confundió con la nada. Es más fácil desaparecer, tanto que cuando se torna una costumbre, lo más difícil es re aparecer de nuevo, para darse cuanta que el mundo sigue aunque las cosas desaparezcan o se “oculten”.

Ahora como esa nena de nueve años me pregunto de nuevo, ¿Por qué? Debe ser que la vida me enseño que todo lo que yo creía y pensaba no era así, la realidad es la que no quiero ver y por eso creía que la magia existía. El simple motivo que me distraigo… con tanta facilidad con cosas insignificantes que pasan todos los días. Entonces es sencillo ser crédula, infantil, y tragarme actuaciones de ése tipo.

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