sábado, 24 de enero de 2009

Delicado, desorden

Creo que me voy a dejar llevar... por lo que en realidad va a pasar, sin dejarme de inventar más cosas

¿Para qué necesito mas versos? es injusto solo en al medida que creo que es de esa forma. Lo que me impide seguir viendo para adelante, eso que cuando dejo de ver se transforma en el más voluble de los recuerdos en pastados en el inconsciente fuera de lo que se escapa.

Debería ahorrar tiempo en palabras que evado con tanta frecuencia como lo que respiro, ahorrar excusas y dejar todo como está, sin más ni menos.

Es extrañamente familiar como brotan las mentiras como agua de la canilla, capaz que son tan corrientes como el hacho de vivir, o son más creíbles que toda la existencia del pensamiento. Hablar de mentiras creíbles... un divague para las más inhóspitas mentes aturdidas por el bombardeo de aparentes "verdades" condimentadas con un sabor placentero de que está todo en orden.

No, no me convencen ni me engatusan, viles, ordinarios, tanto como la cruda realidad sin sabor sin dicha, sin una sola palabra que brote del agua del mismo ser, sin la más retorcida mentira de creer que podemos afirmar algo.

No señores, ustedes a mí por lo menos no me engaño, yo me engaño por voluntad propia... Y que les quede claro (como el agua podría comparar)

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