domingo, 1 de febrero de 2009

La realidad y la burbuja rosada.


Tuve, a mi pesar mas doliente y hermoso, la más mágica de las ilusiones volcadas tan de cerca, que parecía sincera verdad. Me dolió bastante cuando la burbuja, rosa y grande de pintura explotó, con un ligero pum me despertó. El sueño había sido tan confuso, tan agradable, que simulaba haber sido soñado por otra persona, no por mi propia mente. Que desesperación, una vez más despertarse y agarrarse a la realidad, como único consuelo en el mundo ficticio.



Me reprimió la culpa insensata de creer en todo lo que pienso, en el sueño rosa de la burbuja. Capaz que hay otras burbujas menos rosas y mas tornasoladas que son las originales, que son las que no me atrevo a ver todavía. "Vamos" me dice la realidad, la de la cara más sincera de mundo, "Tenés que aceptarme ".



Era en el momento que comenzaba a creer cuando se deslizó la duda y me apabullo con sus palabras dolientes extraídas de mi propia inseguridad. Era como ver realmente a través del espejo de los defectos, no era mágico, era tan inestable como la realidad misma, entonces, debía de ser verdad, no para los otros, mas tanto sí para mí. Incomprobable en la existencia del mundo "de afuera", pero en un segundo que se deshizo la burbuja rosa, aparecieron otras, sin embargo la primera era tan real como el resto, por que estaba, no, en la otredad que me miraba con ojos prejuiciosos, sino en la alborotada corriente de recuerdos.



Así sin más ni menos sonreí finalmente viendo las cosas como las quería ver, dejando por un tiempo de lado las expectativas, de si eran o no producto de mi imaginación. ¿Qué otra cosa puedo hacer? me pregunte y le di el punto suspensivo a la idea volcada en la acción que pronto se concretará.

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