lunes, 2 de marzo de 2009

El reflejo blanco


Si, estaba cansada…exhausta, por eso te aparte de mi vida. Te miré y vi que me mentías pero parecías ser tan sincero. Brillabas con el sol como solo brillan los reflejos, más allá de lo que mostrabas en tu superficialidad no había nada. Hice intencionalmente que me dieras la espalda y detrás eras mentiroso, estabas sucio y olvidado, me diste un poco de pena debo admitir. Todos tenemos una parte detrás, a veces un poco descuidada. Pero no había visto algo tan contrastante como tus dos lados en toda mi vida. Uno me decía la aparente verdad cuestionable que tanto esquivaba, el otro simplemente era lo que eras, en el fondo vidrio, nada. Tan frágil, lleno de cosas en vano que no eras más que adornitos. Para qué no te preguntaste nunca, tanta pompa para ser lo que eras simplemente.

Pinté de blanco tu reflejo, y mi memoria descolgó el espejo que te recordaba. Pero me mentía a diario cuando me reflejaba todas las mañanas, invertida. Era como tú, y me venció la idea de descolgarlo de la pared, era vidrio solo frágil y detrás madera pintada con adornos. Tan igual, que se encarnaba en tu recuerdo que sonreía detrás del espejo como mostrándome lo que eras en realidad.

Y así le dí la espalda al espejo, que probablemente reflejaba mi imagen invertida alejándose de tu vida. No lo sabré por que los espejos, no revelan más que superficialidades, pero detrás capaz que son un poco más sinceros que de frente.

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